El suicidio de un adolescente en un colegio de Santiago luego de ser descubierto portando marihuana, ha generado todo tipo de controversia. Si estuvo bien o no el accionar del establecimiento educacional; si correspondía que Carabineros llegara y se llevara al joven tras la denuncia. Pero más allá de esta discusión, expertos señalan que se debe estar atentos a las señales para advertir cuando un adolescente está pasando por un mal momento.
Para el académico de la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián (USS), Juan Andrés Mosca, la forma de actuar es en primer lugar escuchar a los adolescentes, acoger sus necesidades y ayudarlo a resolver sus dificultades.
“Son múltiples los factores que pueden estar involucrados y habitualmente con un apoyo en la socialización, un apoyo en el reconocimiento de sus habilidades y competencias, y una ayuda para bajar su nivel de estrés, es posible tener buenos resultados sin que sea necesario llegar a estigmatizarlo, estresarlo con amenazas o castigos que terminan por empeorar más aun su situación de vulnerabilidad”, sostiene el psiquiatra infanto-juvenil.
A juicio del médico, “siempre se debe velar por el reconocimiento del niño y adolescente como sujeto de derecho y ello requiere una visión de respeto y validación de sus opiniones y necesidades, pretender que se amolden a nuestras reglas equivale a una agresión de maltrato”.
Para el académico de la U. San Sebastián, “el estrés que viven nuestros niños y adolescentes tiene serias repercusiones a corto y largo plazo, gatillando muchas veces el suicidio y acarreando alteraciones en el desarrollo psicológico y físico, que se traducen a largo plazo en una muerte prematura y/o discapacidad”.