Pequeños agricultores vieron destruirse sus bienes durante el incendio que afectó a los sectores de Las Corrientes, Colico Alto y Colico Bajo en Santa Juana en la Región del Biobío. Fueron 40 familias las damnificadas.
Los esfuerzos de toda una vida se vieron consumidos en minutos. Diversas plantaciones, dos viviendas y un galpón fueron víctimas del fuego que arrasó con todo a su paso en Colico, sector aledaño a Santa Juana. La impotencia y pena de los afectados se hacia sentir. Sus miradas lo decían todo.
Abel Cea vivía junto a su mujer, Lilian Martínez, y sus tres hijos, Jeremías, Jeniffer y Josué, de 14, 12 y 4 años, en la casa que construyó con sus propias manos hace cinco años. Esta quedó reducida a escombros en cuestión de minutos.
A pesar que fueron alertados sobre el siniestro que se inició el pasado lunes en Las Corrientes, nunca pensaron que las altas temperaturas y el viento jugarían tan en contra. “Mis señora y mi hijo pequeño estaban solos. Gracias a la ayuda de vecinos pudieron sacar un par de camas, ropa y algunas cosas, pero el fuego venía muy cerca, ya estaba a 100 metros cuando arrancaron”.
Josué quedó en shock, sólo con el cariño de sus padres y varias horas después logró tranquilizarse. “Las llamas invadieron todo, él estaba ahí, tuvimos poco tiempo”, dice resignado. El drama de esta humilde familia es aún mayor, considerando que esta es la segunda vivienda que Abel pierde en un incendio, la primera vez fue hace 10 años.
Más de 130 hectáreas de pequeños agricultores fueron consumidas. Viñas, sembrados, pinos y eucaliptos son parte del negativo saldo que deja uno de los seis incendios surgidos en Santa Juana durante este verano. Los vecinos están cansados.
“Esto es de todos los años. No se dan cuenta de que ésta es nuestra fuente de trabajo, aquí no hay grandes empresarios, sólo campesinos esforzados, pequeños trabajadores que hemos logrado esto con esfuerzo”, explica consternada Susana Salazar, jefa de la junta vecinal.
Las lágrimas en sus ojos dejan entrever la impotencia de no saber cómo partió esta desgracia. “Quiero decirle a la gente que provoca esto, que no tienen cabeza, cómo no piensan en como nos afecta, que nos duele, porque somos gente humilde”.
El incendio dejó a su paso 40 familias afectadas y más de 39 mil metros de manguera inutilizables, las que empleaban para abasteserce de agua. Además de 79 viviendas sin energía eléctrica.
Rosa Sanzana es otra de las afectadas. “Ha sido tremendo, dan ganas de llorar. La persona que hizo esto no sé qué está pensando. Sólo pedimos que la justicia sea implacable”. Abel agrega “si esto fue provocado por alguien le pido que tenga conciencia, porque comprometió a inocentes, familias que no tienen ninguna culpa. Es algo fuerte, porque hay sacrificio y esfuerzo de años y en un par de minutos quedó todo acabado”.
El alcalde de la comuna, Angel Castro, también lamentó la tragedia. “Es una gran perdida para ellos, son gente muy sacrificada que viven de sus plantaciones, las pierden y no tienen nada más a lo que echar mano para el presupuesto familiar”.
Cristian Chandía Rebolledo.