Por Marisol Durán Santis, Rectora Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).
Mientras recibíamos informaciones procedentes desde Buenos Aires sobre la movilización multitudinaria y pacífica de cientos de miles de estudiantes, académicos y funcionarios de las universidades argentinas, quienes marcharon con libros en las manos, conocimos con emoción e impacto el pronunciamiento oficial del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), del Frente Gremial de Universidades Nacionales y la de Federación Universitaria Argentina. Su juicio era clarísimo: “La universidad pública argentina atraviesa un período crítico como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno nacional”; en circunstancias que “las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales”.
No podemos sino compartir sus consideraciones. “La educación es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad (…) Asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la educación de las grandes mayorías”, señala la declaración de las comunidades universitarias trasandinas.
“No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la universidad argentina; somos la universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos”, manifiestan.
Asimismo, subrayan que la ciencia y tecnología son aspectos sustanciales para la producción de “soberanía, desarrollo y progreso”, y que “un país que no invierte en ciencia renuncia a su soberanía”. Añaden que “el desfinanciamiento de la universidad y del sistema científico va en desmedro de los declamados objetivos de lograr el crecimiento económico”.
Concluyen: “Defendemos el acceso a la educación superior pública como derecho. Creemos en la capacidad igualadora de la educación pública y gratuita, en el poder transformador de la universidad como formidable herramienta de movilidad social ascendente y en el aporte diferencial y sustantivo que la producción científica hace en la sociedad del conocimiento. Todos los problemas que tenemos se resuelven con más educación y universidad pública, con más inversión en ciencia y tecnología. Queremos que nuestras instituciones sean el dispositivo que permitan a Argentina desandar las desigualdades estructurales y emprender la senda del desarrollo y la soberanía. La educación nos salva y nos hace libres. Convocamos a la sociedad argentina a defenderla”.
En nombre del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), me correspondió suscribir un Memorándum de Entendimiento con el CIN de Argentina, en el contexto de la Feria Internacional de Educación (FIESA), realizada en noviembre de 2022 en ciudad de Mar del Plata, evento de clase mundial en que participaron unas 200 instituciones de educación superior de América y Europa. El CIN, por otra parte, es el principal espacio de articulación de la educación superior trasandina, agrupando a 72 instituciones universitarias.
La firma del Memorándum fue antecedida por un Conversatorio sobre “Los desafíos de la educación superior en Chile y Argentina”, el cual formó parte del programa oficial de FIESA. Tuvimos la oportunidad de expresar nuestra convicción en la necesidad del fortalecimiento en Chile de la educación superior de carácter estatal y el imperativo de “consagrarla como un derecho social universal”. Pudimos exponer los históricos esfuerzos de las comunidades educativas en nuestro país por superar el proyecto de educación de mercado impuesto en tiempos del autoritarismo y sus negativos impactos sobre la sociedad chilena.
Todo indica que en Argentina ha irrumpido la ilusoria idea de que el mercado puede ser un mejor regulador de la educación, y que debe abandonarse la noción de la educación como un bien público y un derecho social garantizado por el Estado… ¡Las comunidades de las universidades públicas de Chile decimos un No rotundo! Hemos vivido en carne propia lo que significa resistir los embates de una educación superior mediada por los intereses de un mercado que beneficia a pocos y no a la sociedad en su conjunto, y una producción de conocimiento limitada por lo que se transa en el mercado, lo que sigue dejando a nuestras comunidades, a nuestro país, en los límites del subdesarrollo y en la cojera de horizontes del buen vivir.
Como señalamos en un reciente pronunciamiento desde el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), en nuestro país, después de 50 años, “no hemos logrado superar un paradigma basado en concepciones mercantiles para entender la educación pública”.
“Las restricciones y precariedades que subyacen en los modelos de aranceles universitarios basados en subsidio a la demanda o la privatización forzosa del conocimiento científico y tecnológico, mediante la estrangulación del aporte fiscal a las Universidades e instituciones de investigación académica, lleva inevitablemente a la pérdida de soberanía nacional sobre los datos científicos y merma las posibilidades de usar el avance de la ciencia y la tecnología en beneficio de las personas”, consignó el comunicado del CUECH.
Por ello, “nos sumamos como Sistema de Universidades Estatales (de Chile) a las voces que alertan sobre este mal camino que toma Argentina”. Desde este lado de la Cordillera de Los Andes, manifestamos nuestra solidaridad y amistad con nuestras y nuestros colegas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), así como con el conjunto de las comunidades universitarias de la Argentina. No tenemos duda alguna de que, como en otros momentos del devenir de la historia, quedará atrás este momento gris y amargo que hoy enfrenta la tierra del Libertador José de San Martín.