Por Patricio Silva
Decano Facultad de Ciencias de la Salud, U.Central
La comunidad científica del país ha mostrado su enérgico rechazo al proyecto de Ley, recientemente aprobado por la Cámara de Diputados y que deberá ser discutido en la comisión de Salud del Senado, en torno al autocultivo de marihuana en Chile y que busca modificar la actual Ley de Drogas.
Si bien este proyecto pretende despenalizar el uso terapéutico de productos derivados del cannabis y el ya mencionado autocultivo, mediante una prescripción médica, es preocupante que no se tengan presenten las evidencias científicas que aportan información fundamental para la toma de decisiones y sus posteriores políticas públicas.
No existen pruebas de que la marihuana genere beneficios adecuados y seguros para un tratamiento. Por el contrario, los efectos negativos que tiene el uso de estas sustancias o sus derivados para la ciudadanía, específicamente en menores de 20 años, si son de conocimiento comprobado.
Prueba de ello es lo expuesto por el Colegio Médico, dando respuesta a cada punto referente a los supuestos beneficios médicos de la marihuana. Sin dudas es un tema en el cual debemos seguir investigando y el llamado es a las universidades a profundizar en investigación básica, clínica y de salud pública. Si los estudios determinan algún uso beneficioso y que sea aprobado por las instituciones de salud de nuestro país, recién ahí podemos avanzar en políticas públicas que sean basadas en la evidencia científica, de lo contrario estaremos dando un irresponsable paso en falso, poniendo en riesgo la salud de nuestros jóvenes.