Por Catalina Maluk
Decana Facultad de Economía y Negocios, U. Central
En Chile cada día más mujeres se titulan de carreras profesionales y técnicas. Se supone que la educación empareja la cancha, por lo tanto, se esperaría que, con similares condiciones que los hombres, las mujeres pudieran tener acceso de igual manera a los distintos cargos.
Sin ir más lejos, el año 2016 el total de mujeres que obtuvo un título fue cercano a los 100 mil, cifra que correspondió al 43.5% de estudiantes titulados durante ese año.
Sin embargo, a pesar del aumento en el número de mujeres que obtienen un título profesional o técnico, el primer obstáculo que enfrentan en la búsqueda de trabajo no es su preparación, sino las entrevistas.
A pesar de que se ha regulado en contra de las prácticas discriminatorias, a las mujeres jóvenes se les sigue preguntado si piensan tener hijos y cuándo. ¿Este tipo de preguntas pueden ser consideradas discriminatorias de género?
Comentarios inapropiados como estos, dejan en evidencia que algunas empresas persisten en considerar a las mujeres jóvenes en edad fértil y con interés de tener hijos como un riesgo, cuando la maternidad en otros países es compartida entre los padres y el costo no lo asume solo la mujer.
La igualdad de género y el impulso de diversas políticas tendientes a disminuir brechas salariales, aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral y su presencia en cargos directivos tanto en empresas públicas como privadas, son temas habituales de análisis. Pero ya es hora que como país seamos consistentes, a través de prácticas concretas que permitan un real avance hacia la añorada igualdad.