La PSU jugando los tiempos de descuento

Publicado por Equipo GV 5 Min de lectura
Por Hugo Pérez White

psuRetrocediendo en el tiempo tiendo a hacer memoria acerca del ingreso a la universidad en que fui protagonista en dos oportunidades como alumno postulante rindiendo el Bachillerato en Letras y  en una segunda oportunidad rendí la PAA (Prueba de Aptitud Académica), la que me dejó en lista de espera para la carrera de Derecho en la Universidad de Chile y que por razones de compatibilidad de horario de trabajo y de estudios, no se pudo concretar, perdiéndose un  deseo y una superación profesional que costaba una enormidad conseguirla y pese a ello  postulé como un desafío personal  sometiéndose  a las evaluaciones que se hacían ante una comisión para ingresar a ella y ante una comisión examinadora formada por profesores de la misma universidad cuyos resultados eran esperados con ansias y sin derecho a recriminaciones posteriores si las cosas no andaban bien frente a  las pruebas de selección que cada centro de estudios superiores implementaba para hacer más seria la decisión.

Me refiero a la Universidad de Chile a la cual todos queríamos llegar por su bien ganado prestigio internacional y excelente calidad educativa que le permitía a sus egresados mostrar con orgullo sus diplomas  y ejercer con satisfacción sus profesiones adquiridas y la sociedad así lo comprendía.

Esta prueba de selección universitaria se llamaba “bachillerato” y quienes la aprobamos recibimos un certificado tipo diploma con el título de bachiller en la especialidad dada y como en mi caso se denominó bachiller en Letras el cual era un antecedente importante para el currículo vitae y respaldaba el ingreso a la vida del trabajo público o privado.

Fue mi primera incursión para entrar a la universidad y satisfacer esa ansiedad cultural que me corroía por dentro y la aprobación del bachillerato me dejó en las puertas de la universidad.-
Lugo vino el cambio de modalidad de selección y  el número de estamentos superiores crecía y  la demanda se hacía mayor.

Se creó la prueba de aptitud académica conocida como PAA y en ella los puntajes eran fundamentales para ingresar a carreras determinadas y consistía en un sistema de  evaluación que auscultaba las habilidades y destrezas  que cada alumno poseía.
El sistema de evaluación actual también consiste en ítemes con cuatro o más alternativas y se elige o marca  la que más se  acomode a los conocimientos del postulante en contraposición a las pruebas de ensayo que era lenta e individual quedando guardada para otra instancia.    Cuando  rendí la PAA  mis 620 puntos obtenidos no fueron suficientes para ingresar a la carrera de Derecho a la cual postulé y la lista de llamados por si se producía una vacante era lenta para avanzar por lo tanto muchos aspirantes dejamos de luchar en el esfuerzo y perdimos la esperanza a ser  nominados por ausencia de otros lo cual no se producía.

Así han corrido los tiempos y nuevamente la prueba fue cuestionada y se reemplazó por la actual prueba de selección universitaria conocida como PSU y que hoy ya no es del agrado de los postulantes y los propios rectores de las universidades han demostrado su descontento y pretenden cambiarla por otra prueba u otro medio que garantice el ingreso masivo a la educación superior. Estamos en los inicios de una gran discusión académica y pronto veremos los avances que se pretenden alcanzar con estas nuevas modificaciones.

No deja de ser una novedad que un alto porcentaje de universidades estén promocionando por todos los medios de comunicación el ingreso a sus carreras profesionales haciendo caso omiso de los puntajes que se hayan obtenido en los recientes resultados.   Si hay tanta oposición a la continuidad de la PSU como elemento necesario para el ingreso a los estudios superiores, sería más conveniente que se terminara con la inestabilidad emocional que deben tener muchos de nuestros jóvenes que hoy están a la deriva y a punto de naufragar en el mar de la incertidumbre y guardar la PSU en el baúl de los recuerdos por si algún iluminado del futuro quiera reanimarla y darle vida nuevamente.- Quién sabe lo que puede suceder.
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