Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico e Investigador (UACh)
“La risa: distancia más corta entre dos personas” (Víctor Borge).
“Dios ha muerto, Nietzsche ha muerto y yo no gozo de buena salud” (Woody Allen, actor, escritor, músico y director de cine).
Ya son muy pocos los que dudan que reír –y reírse incluso de uno mismo– es un buen remedio para el cuerpo y para el alma. La revista Selecciones del Reader’s Digest, revista que se publica desde el año 1922 en 17 idiomas, nunca ha dejado de incluir entre sus contenidos alguna página dedicada al humor, con el fin de que sus lectores puedan lanzar –durante la lectura de la revista– una buena carcajada, relajarse un poco y botar el estrés que tanto agobia a las personas.
De dicha revista está tomado el título de este artículo y la razón es muy simple: la risa está en condiciones de sanar y de prevenir enfermedades que pueden ser muy graves. Practicar el humor, reír con ganas, dar unas buenas carcajadas en el día a día permite aumentar el nivel de oxígeno que ingresa a nuestro cuerpo, lo que ayuda a formar endorfinas en nuestro cerebro, todo lo cual, representa una arma poderosísima para eliminar el estrés, acabar con la tristeza y la depresión y, de paso, nos permite aprovechar el uso de esta estrategia sanadora para fortalecer el sistema inmune.
La gelotología, es la ciencia que se preocupa de estudiar los efectos de la risa en el cuerpo y en la psique de los seres humanos, un concepto que fue acuñado por el Dr. William Fry, fundador de esta disciplina, quién comenzó a investigar en los años 70 las consecuencias de la risa en los procesos y estados corporales. La risoterapia o la terapia del humor, así como el Yoga de la Risa del médico de origen indio Madan Kataria, se consideran parte de la gelotología.
Investigaciones médicas dadas a conocer en diversos congresos de la Sociedad Americana de Neurociencia han demostrado que la risa es uno de los mejores promotores orgánicos de la relajación, así como de la salud corporal y mental. De acuerdo con investigadores como William Fry, Lee S. Berk, Paul Ekman, Frank Rodden, Barbara Wild y muchos otros, cuando la persona está relajada, el organismo comienza a producir cantidades más elevadas de un neurotransmisor llamado serotonina, que es un regulador y estabilizador del ánimo, el cual, además, tiene la particularidad de agilizar la comunicación entre las neuronas cerebrales.
Por el contrario, si el organismo humano se encuentra sometido a una fuerte carga de estrés o está expuesto a una sobrecarga de tensión y emociones negativas, los circuitos de nuestro cerebro de forma rápida acusan la falta de serotonina, lo que conduce a una alteración de la comunicación entre las neuronas y, como consecuencia de ello, se altera asimismo, el equilibrio orgánico y psicológico del sujeto.
La terapia de la risa se fundamenta en el hecho de que el sistema inmunológico es extremadamente sensible a las emociones, sean éstas positivas o negativas. Si, por ejemplo, se produce un problema grave repentino, o bien, se experimenta la repetición crónica de ciertas dificultades y conflictos personales, estas condiciones negativas pueden afectar a un determinado sujeto, pudiendo provocarle: (a) una baja en el sistema inmunológico, lo que a su vez, puede conducir a (b) aumentar los riesgos de un accidente cardiovascular, (c) provocar una elevación de la hipertensión arterial y (d) experimentar diversos trastornos estomacales y hepáticos. Por otro lado, los terapeutas y expertos en el tema, creemos que la alegría, el buen humor y la felicidad actúan de modo completamente opuesto, fortaleciendo el sistema inmunológico y, paralelamente, previniendo enfermedades.
Más aún. La risa puede SANAR graves enfermedades. En su libro, “Anatomía de una enfermedad. O la voluntad de vivir”, el periodista, escritor y redactor jefe de la revista Saturday Review, Norman Cousins, relata los efectos que tuvieron en él la terapia de la risa, a partir del momento en que a Cousins se le diagnostica una grave enfermedad que tenía, según los médicos tratantes, el carácter de “incurable”: espondilitis anquilosante, una degeneración y deformación de la columna vertebral que conduce a una severa discapacidad.
Durante el período en que el Sr. Cousins estuvo hospitalizado, él decidió combatir el alto nivel de estrés que estaba experimentando su organismo, auto recetándose una dieta de vídeos y libros cómicos, y comenzó a mirar una serie de películas de Charles Chaplin, de los Tres Chiflados y de los hermanos Marx. ¿Resultado final de su experimento personal? Norman Cousins curó su propia “enfermedad incurable”.
Este paciente descubrió que por cada 10 minutos que lograba reírse, podía permanecer hasta dos horas sin sentir dolor alguno. Fue tanta su perseverancia con esta “dieta” auto impuesta que, finalmente, el hospital lo tuvo que echar, a raíz de que los otros enfermos se quejaban de que las constantes carcajadas de Cousins les impedía a ellos conciliar el sueño. Luego de salir del hospital, Cousin fundó la Clínica de la Risa “UCLA’S Norman Cousins Hospital Center Investigations”.
En este punto, es preciso destacar algo muy significativo e importante que se suma a la terapia de la risa: este paciente no sólo discutió el diagnóstico recibido, sino que derechamente desafió el veredicto de total discapacidad –y posible fallecimiento– que venía junto con el diagnóstico médico. Esta actitud y respuesta de Cousins ante su enfermedad reviste de gran importancia no sólo para el caso mismo de Cousins, sino que para los miles de pacientes con cáncer que han sobrevivido a los agoreros pronósticos de los médicos especialistas, tal cual yo lo he destacado en los dos libros que he escrito sobre el cáncer.
En el primero de ellos: “Cáncer: cómo prevenir y luchar exitosamente contra este mal” dedico el capítulo titulado “Los grandes beneficios que reporta la risa al organismo humano: un Decálogo Sanador” al tema de los efectos de la risa en el cuerpo y psique de las personas, en tanto que en el segundo libro: “La (otra) batalla contra el cáncer. Un libro de esperanza”, hago un análisis de cómo influyen las emociones positivas en los seres humanos, poniendo esto en evidencia en un capítulo titulado: “La Psicología positiva: una alternativa válida y efectiva en pro de la vida”.
Por lo tanto, si sumamos la practica efectiva de la risa, junto con la firme voluntad de la persona, así como la esperanza y la poderosa determinación de vivir, esto puede hacer una gran diferencia entre la vida y la muerte, ya que puede tener un efecto psicológico poderoso sobre el sistema inmunológico.
El Dr. Fry y el Dr. Berk han demostrado con pruebas de laboratorio que las emociones positivas pueden estimular un órgano llamado bazo, produciendo un incremento de los glóbulos rojos en la sangre y el correspondiente incremento de aquellas células que combaten, por ejemplo, el cáncer. Estas células, a diferencia de lo que sucede con la quimioterapia –que no distingue entre células malignas y normales–, se dedican a destruir específicamente y una por una las células cancerígenas, dejando al tejido normal absolutamente intacto.
De aquí es donde surge la Psiconeuroinmunología, una nueva rama de la medicina y de la psicología que investiga la estrecha interacción entre el cerebro, el sistema endocrino y el sistema inmunológico, y que está aportando al conocimiento muchas respuestas que otras ramas de la medicina están imposibilitadas de entregar.
Recomendación final: aproveche toda ocasión propicia para lanzar una buena carcajada, ya que es posible que esa carcajada le esté ayudando a prevenir alguna severa enfermedad. Y lo mejor de todo: la risa es gratis.
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Hacemos un TALLER DE RISA, basado en el programa del Dr. Madan Kataria, en la Parroquia de Viña del Mar (Alvarez) todos los miércoles de 12 a 13 horas, en la sala 1. Todos bienvenidos, especialmente Tercera Edad. A reírse a carcajadas!!