Por Hugo Pérez White
Los terremotos nos demuestran científicamente que estos movimientos telúricos violentos y devastadores han modificado el eje de la tierra y parece que estos fenómenos también han provocado cambios en la mentalidad humana.
Un terremoto también llamado, sismo, temblor o movimiento telúrico, es un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre producida por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas.
Los más comunes se producen por la actividad de fallas geológicas, fricción en el borde de placas tectónicas, procesos volcánicos o incluso pueden ser producidas por el hombre al realizar pruebas de detonaciones nucleares subterráneas.
Un terremoto puede causar desplazamientos de la corteza terrestre, maremotos, también llamados tsunamis o también actividad volcánica.
Estos movimientos sísmicos son impredecibles ya que no tienen una constante determinada ni en el tiempo ni en el espacio por lo tanto cada minuto que pasa es como si fuera un tornado que destruye todo en un instante y no sabemos si vamos a alcanzar a cruzar el umbral de nuestras casas sanos y salvos.
Hay que prepararse anímicamente para soportar los nuevos embates de la naturaleza que pueden producirse en el momento menos pensado y también con los movimientos sociales que han sacado de su letargo a familias completas para desahogarse en la vía pública para reclamar a viva voz y con todos los elementos que encuentran a su alcance para protestar por las dificultades que muchas personas tienen y los males que la sociedad ha venido incubando desde hace muchos años.
Las personas han cambiado de actitud y de seguro seguirán cambiando y lo podemos ver en nuestros parlamentarios que ven en estas manifestaciones ciudadanas un posible desbande electoral que puede tener funestas consecuencias para sus ambiciones políticas y se ha podido apreciar cómo se enfrascan en duras contiendas personales con declaraciones agresivas tratando de no perder protagonismo que tanto necesitan para disputar los votos de sus probables electores y con actitudes desconcertantes están observando cómo la gente se está convirtiendo en un conglomerado esquivo que empieza a tener opiniones propias y eso afecta a su clientela electoral y los lleva a buscar protagonismo mediante fuertes declaraciones que calientan el ambiente nacional yendo a veces más allá de las habituales declaraciones de los políticos a las que ya estamos acostumbrados y que repercuten en la vida diaria de los habitantes de un país y que en nada ayudan a una sana convivencia pacífica.
Casi toda Centroamérica fue sacudida por un terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter, sin registro de muertes, heridos ni daños materiales, pero sí de una alerta de tsunami en Nicaragua, que al igual que Costa Rica está en alerta máxima por la embestida del huracán Otto.
El movimiento telúrico ocurrió recientemente frente a las costas del Pacífico de El Salvador y se sintió no sólo en ese país, sino también en Honduras, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica.
Este escueto comunicado de prensa nos relata la desgarradora experiencia de nuestros hermanos centroamericanos ante la devastadora fuerza de un terremoto que nos avisa de la incertidumbre que nos deja la Tierra con sus devastadores movimientos telúricos.