Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico, escritor e investigador
“El estrés está en condiciones de destruir nuestra capacidad de frenar nuestros impulsos, convirtiéndonos en un vehículo sin frenos que termina atropellando a las personas que más queremos” (David Fischman, escritor, investigador y columnista peruano)
En esta primera parte, me dedicaré a analizar los tipos de estrés que existen, de modo tal, que cada uno de nosotros pueda identificar con precisión por cuál -o cuáles- de ellos estamos siendo afectados –y atacados– en nuestra vida cotidiana. En tanto que la próxima semana haré un segundo análisis, con el fin de describir todos los problemas, males y enfermedades que pueden generar los diversos tipos de estrés, ya sea: 1. A nivel cerebral y psicológico. 2. A nivel del sistema digestivo o gastrointestinal. 3. A nivel cardiovascular. 4. A nivel de la dermis o de la piel. 5. A nivel respiratorio. 6. A nivel del sistema inmunológico y, finalmente, 7. A nivel del sistema nervioso.
Es preciso dejar establecido desde ya, que cualquier cambio ambiental o estímulo externo que experimente un organismo vivo, puede ser visto como una situación que puede generar un tipo de estrés denominado “genérico” o de alerta, por lo tanto, para el tema que nos convoca, es necesario examinar con mayor detención el distrés –o estrés negativo– y recordar que es posible distinguir tres tipos de estrés negativo y angustiante, en que cada categoría, está en grado de producir en las personas una serie de trastornos de diversa intensidad y/o gravedad.
Igual cosa acontece, cuando estos tipos de estrés interactúan entre sí. A continuación, se hará análisis más profundo de los diversos estímulos estresores que existen, y sus consecuencias, consecuencias que, naturalmente difieren de persona en persona:
- Estrés psíquico. (a) Entre los más relevantes, están el sentimiento de inseguridad e impotencia ante la violencia y la delincuencia, condición que se vincula estrechamente con estresores de tipo psicosocial (miedo de ser asaltado, golpeado, robado y asesinado); luego tenemos (b) el fuerte sentimiento de insatisfacción, ya sea en el plano laboral, personal o familiar; (c) la sobrecarga de trabajo (o bien, la cesantía y la falta de trabajo); (d) los sentimientos de frustración (que en exceso llevan rápidamente a la agresión física y verbal); (e) el temor y la ansiedad; (f) la timidez, la inseguridad y el complejo de inferioridad.
- Estrés físico o somático, donde, la agresión experimentada se dirige hacia los sentidos y los órganos de la persona. Los principales agresores físicos están en directa relación con las vivencias del sujeto al experimentar, por ejemplo: (a) exceso de frío, calor o humedad extrema; (b) la presencia en el ambiente de ruidos intensos y ensordecedores, fuertes vibraciones, presencia de humo, gases, malos olores, o bien, la visión de imágenes impactantes a raíz de accidentes, ataques o incendios; (c) el hecho de experimentar mucha hambre o sed (alimentación escasa e inadecuada, o en exceso); (d) experimentar sufrimiento a través del dolor, la tortura y las enfermedades; (e) tener una edad avanzada, que es acompañada de un sentimiento invalidante de depender de otros o de experimentar malos tratos.
- Estrés sociocultural. Las fuentes de este tipo de estrés son de diversa naturaleza e intensidad, entre las que se pueden mencionar las siguientes:
a) El estrés laboral (o profesional) que incluye, entre otros, un ambiente de trabajo poco grato, tenso y cargado negativamente; exigencias excesivas por parte del Jefe, cambios inesperados en el trabajo y cambios tecnológicos a los que hay que adaptarse en forma obligatoria; falta de participación en la toma de decisiones, falta de apoyo y críticas excesivas por parte de la jefatura, insatisfacción salarial, labor poco desafiante o tediosa, sufrir la experiencia del despido y la cesantía, proximidad del momento del retiro y jubilación.
b) El estrés familiar, bajo la forma de desavenencias con la pareja, violencia intrafamiliar (a causa de desórdenes de la personalidad, abuso de alcohol y drogas), problemas con los hijos u otros miembros de la familia.
c) El estrés psicosocial (o ambiental), el que se vivencia a través de ciudades sobre pobladas (alta densidad poblacional, hacinamiento, y escasa privacidad), con presencia de mucha delincuencia (lo que genera un sentimiento generalizado de victimización o de inseguridad ciudadana); ejercicio de la arbitrariedad con base en el poder y la corrupción política y gubernamental (con representantes políticos que se “sirven” de sus cargos para enriquecerse en forma ilegítima o poco ética). O la desagradable sensación que experimentan los ciudadanos, al ver cómo se privilegia la impunidad por medio de una torcida “administración de la justicia” a través de jueces y autoridades corruptas que caen en la prevaricación y en el cohecho.
Vivir en un medio ambiente contaminado y de mala calidad (donde el agua, el aire y la comida contienen substancias químicas contraproducentes para el bienestar del organismo humano), todo lo cual conduce a enfermedades y daños crónicos en la salud de la población, incluso con peligro de la vida. Tener malas condiciones de ventilación, iluminación y falta de comodidad para realizar las labores y funciones propias del cargo que debe desempeñarse en el trabajo. Experimentar el exceso de tráfico vehicular, con calles atochadas y vías en mal estado (llenas de hoyos, cráteres y “eventos” descomunales), con tacos y embotellamientos al por mayor. Experimentar una sobre-estimulación comunicacional –que raya en la agresividad visual y auditiva– vía noticias en los diarios, cine y televisión. Hoy en día, además, hay que agregar el computador, los celulares, los tablets, los smartphones, los iPods, Internet, etc.
Tal como se ha podido apreciar con la descripción que se ha hecho, los problemas que puede desencadenar el estrés psicosocial incluye muchas fuentes diversas de estrés, donde todas y cada una de ellas, puede tener graves repercusiones en la salud física y mental de las personas. Por lo tanto, nuestra misión consiste en tomar lo antes posible medidas preventivas, con el fin de cuidar nuestra salud.
Vivimos en un mundo que está diseñado para estresarnos, los factores son muchos y en este artículo se han detallado muy bien. Lo que sí hay que tener claro es que de los innumerables factores que existen hay algunos que nos afectan más directa e invasivamente, como aquellos que se generan y surgen de nuestro entorno más inmediato (hogar, familia, trabajo, lugares por donde nos desplazamos todos los días, colegios, convivencia con las personas en general, etc). Pero también tenemos los factores estresores externos que nos causan emociones negativas de rabia e impotencia, que están constituidos por los múltiples hechos noticiosos, de chanchullos políticos, apropiación de dineros fiscales al por mayor, la injusticia social, la crueldad de algunas personas hacia otras personas y animales, el pésimo acceso a la salud y a las prestaciones médicas en hospitales públicos, las malas condiciones de vida en que viven los niños en instituciones de acogida, las guerras, el tráfico de personas, el abuso de poder, la contaminación alimentaria y ambiental, etc.
Todos debemos lidiar con más de alguna de estas alternativas que nos estresan, pero debemos tratar de encontrar alguna fórmula para poder “sobrellevar el estrés”: a veces se puede lograr solo y otras veces se debe buscar ayuda profesional. Finalmente, hay que tener presente que las personas que sufren de estrés, es un problema que tienen que solucionar lo antes posible para que no afecte nuestra salud física y mental.