- Además del dolor y la destrucción que están dejando a su paso los más de 230 incendios que, hasta ahora han consumido 361 mil hectáreas de territorio nacional entre las regiones de Coquimbo hasta la Araucanía, persiste el riesgo en la salud de las personas vulnerables.
- Lactantes, niños y personas mayores deben extremar los cuidados a través de medidas que explica el cardiólogo de la facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, Marcelo Muñoz.
RIESGO DE LAS PERSONAS QUE SE EXPONEN A HUMO DE INCENDIO
El humo de incendio es una mezcla de aire caliente, hollín y gases tóxicos. Se trata de una mezcla de gases irritantes y asfixiantes (monóxido de carbono y cianhídrico).
Sus efectos dañinos sobre la salud dependerán del tiempo de exposición y distancia con la fuente emisora (núcleo o foco del incendio), señala el especialista.
Las principales consecuencias – dependiendo del grado de exposición – podrían incluir las que afectan el sistema respiratorio, pero también puede haber compromiso multiorgánico (principalmente sistema nervioso central y sistema cardiovascular). Son frecuentes también la irritación ocular y sequedad de la mucosa nasal y faringe.
En el sistema respiratorio, en tanto, los principales efectos pueden incluir desde lesiones térmicas que determinan insuficiencia respiratoria aguda, hasta formas menos graves que incluyen sensación de dificultad respiratoria, tos y broncoconstricción.
El sistema nervioso central puede presentar alteraciones como cefalea, mareos y en los casos de exposición grave, puede producir compromiso de conciencia hasta llegar al coma.
En el sistema cardiovascular puede observarse taquicardia, alteraciones de la presión arterial, isquemia coronaria y shock.
A mayor tiempo de exposición y cercanía con el foco del incendio las consecuencias sobre el organismo pueden ser las más críticas y son las que finalmente pueden determinar la muerte, como en el caso de las víctimas que hemos conocido en estos días, señala el experto.
Pero a mayor distancia el problema no se diluye y existen pacientes con especial vulnerabilidad como ancianos con patologías respiratorias (asma o enfermedad bronquial obstructiva crónica) o cardiovasculares crónicas; mujeres embarazadas; niños y/o jóvenes que padecen de enfermedades respiratorias o cardiopatías congénitas; y también los lactantes. Todos ellos deberían evitar la exposición a ambientes contaminados por el humo de los incendios recomienda el cardiólogo USS.
MEDIDAS PARA LA POBLACION GENERAL:
-Reduzca al máximo el tiempo que pase en zonas altamente contaminadas de humo.
-Evite permanecer a la intemperie y hacer ejercicios o deportes.
-Use mascarillas con filtros ad hoc si tiene que permanecer en lugares contaminados de humo.
-Mantenga cerradas las ventanas y puertas.
-Coloque telas húmedas en lugares por donde pueda filtrar aire, para así atrapar el material volátil más grande.
-No fume. No queme inciensos.
-Evite aspirar la casa para no levantar polvo.
-Hidrátese adecuadamente
En general, concurra al servicio de urgencia en caso de:
-Cefalea o mareos.
-Tos persistente y flemas.
-Dificultad para respirar, obstrucción bronquial.
-Palpitaciones, dolor al pecho o cansancio al caminar.
En el caso de las personas que son vulnerables deberían consultar a los servicios de urgencia en cuanto detecten síntomas respiratorios nuevos (sensación de falta de aire, tos, obstrucción bronquial); o cardiovasculares (palpitaciones o dolor torácico) o síntomas neurológicos (cefalea o mareos).