Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
La palabra “mob”, del latín “mobile vulgus”, se traduce como turba, multitud, muchedumbre, así como también del inglés “to mob”, es decir, acosar, atropellar, atacar en masa a alguien.
Por lo tanto, el mobbing –acoso psicológico, acoso moral o matonaje laboral– corresponde a una situación en que una persona –o varias– ejercen una violencia psicológica extrema y recurrente, durante un tiempo prolongado, sobre otra –u otras– personas en el lugar de trabajo, con la intención de perturbar el desempeño de sus labores, afectar sus redes de comunicación, destruir la reputación de la persona y, finalmente, conseguir su desmotivación personal.
En una encuesta realizada en el año 2018 a más de 450 organizaciones, de las 161 empresas que la respondieron, los resultados fueron alarmantes: el “53% reconoció haber tenido casos de acoso laboral en los últimos cinco años, en tanto que el 37% de las empresas señaló haber tenido casos de acoso sexual en el mismo lapso de tiempo”.
Lamentablemente, el mobbing es una reprochable estrategia que utilizan algunas jefaturas, con la finalidad de cansar, estresar y aburrir a un trabajador con el objetivo de que éste presente su renuncia a la empresa y se vaya sin recibir el pago de las indemnizaciones por años de servicio que, legalmente, le corresponderían, si fuera despedido por alguna de las causales contenidas en el Código del Trabajo.
Se han descrito una serie de rasgos que caracterizan al acosador laboral o “intimidador en serie”, siendo uno de los más llamativos, la personalidad tipo Dr. Jekyll y Mr. Hyde: el acosador se muestra violento y desagradable con la víctima de turno, pero encantador con el resto de sus compañeros, amigos y conocidos. Otra de sus características, es que tiende a mentir para efectos de convencer a la gente de su entorno de sus “buenas intenciones”, incluso mediante el expediente de los engaños y de la manipulación.
Un tercer rasgo, es su obsesión por el control, el poder y la supervisión estricta de las actividades de los trabajadoresbajo su responsabilidad, de manera tal, de poder manipular a su antojo y no ceder el poder ante nadie. Otro aspecto que lo distingue, es el hecho de ser un sujeto crítico y ácido en sus comentarios, estando ausente en su naturaleza el valorar y apreciar el trabajo de los demás, ya que en forma sistemática critica todo aquello que puede. Asimismo, este tipo de persona presenta actitudes inapropiadas relacionadas con los prejuicios que tiene, ya sea sobre el género, nivel social, nivel educacional y las creencias religiosas o políticas de sus víctimas y colegas.
Otro rasgo de estos sujetos es el hecho de ser un “líder autoconvencido”, es decir, no pone en duda su propia capacidad de liderazgo, no obstante ser incapaz de distinguir la diferencia entre ser un “líder” y ser un “jefe”, capacidad que requiere, entre otros rasgos, madurez, integridad, confianza, asertividad, capacidad de decisión, etc., confundiendo lo anterior con intimidación, desconfianza, agresividad e impulsividad.
El Dr. Iñaki Piñuel, un reconocido experto internacional en Psicología del Trabajo, fue uno de los primeros especialistas europeos en la investigación y divulgación del mobbing en el ámbito laboral y de la educación. De acuerdo con el Dr. Piñuel, existen diversos tipos de participantes del acoso psicológico o mobbing en el trabajo:
- El acosador perverso y narcisista. Es un sujeto que se caracteriza por tener pensamientos de sobrevaloración, ya que se considera a sí mismo como el mejor trabajador, el más capaz e imprescindible. Es un historiador de grandes logros personales, pero muchos de ellos son falsos, adulterados o sobredimensionados. Tiende a mostrar falta de respeto a las normas, valores y ética de la organización. Muestra un comportamiento parasitario: entrega tareas a otras personas que él siente que no están a “su nivel”. Juzga y enjuicia los comportamientos o ideas de otros, sin tener los argumentos o pruebas objetivas para ello.
- El acosador con características psicopáticas. Muestra una capacidad superficial de encanto: el acosador siempre queda bien retratado en los cuentos que relata a otros. Tiende a inventar historias y cuando es acusado de acoso, los demás dudan acerca de lo que relata la víctima. Tal como el narcisista, tiene un estilo parasitario: vive personal y profesionalmente a costa de los demás. Existe ausencia de remordimiento, sentimiento de culpa o vergüenza. Miente en forma sistemática, siendo un sujeto manipulador que tiene objetivos premeditados de cómo llegar al poder, con una agenda oculta incluida. Existe ausencia de empatía por los demás.
- El acosador paranoide. Ejerce un control de tipo dual, es decir, asigna una misma responsabilidad o tarea en forma repartida entre la víctima y otra persona, instigándolas de tal forma, que las obliga a competir entre sí, hasta producir el desgaste total de ambas partes. Este tipo de sujeto se siente “perseguido”, por lo tanto, el enemigo siempre es el otro, desviando la atención sobre sí mismo. Simula estrechar lazos para ganar confianza con la víctima y así obtener información personal, que luego usa en su contra. Usa la traición, por medio de la utilización de los demás para delatar errores o fallas del trabajo de su víctima de turno. Hace uso del acoso aleatorio, es decir, elige de forma periódica a una víctima y luego a otra turnando los ataques, con el consecuente temor de la víctima de turno.
Digamos, finalmente, que existen tres tipos de mobbing: (a) descendente, es decir, de un jefe a un subordinado, el cual, es tomado como blanco de los ataques y conductas de acoso por parte de su jefe, (b) ascendente, es decir, de un subordinado hacia un jefe, especialmente, cuando el jefe es una persona joven que recién ha ingresado a la empresa, en tanto que el subordinado es un sujeto de mayor edad y que lleva muchos años en la empresa. En el caso del mobbing ascendente, la situación puede empeorar, si el subordinado esperaba ocupar el puesto que le ha sido dado al recién ingresado a la organización, (c) horizontal: en este caso, dos o tres trabajadores se unen con la finalidad de acosar y hacerle la vida imposible a otro compañero de labores.
Digamos finalmente, que dada la realidad que se vive en algunas empresas, se convierte en una obligación de la gerencia superior establecer claros protocolos de prevención y denuncia para cualquiera de los dos tipos de acoso, ya sea de tipo laboral o sexual, en función de lo cual, los directivos deben establecer drásticas sanciones a los acosadores, incluyendo el despido del acosador, además de la denuncia respectiva ante los tribunales.