NACIÓ MI HIJO… Y ¿SOY FELIZ?

Publicado por Equipo GV 3 Min de lectura

Por Carolina Pérez
Matrona y académica de Obstetricia, U. San Sebastián

perez_carolinaEsta pregunta nos hacemos con la llegada de un hijo al clan familiar,. Lamentablemente, para algunas mujeres la respuesta es no, no lo soy. En Chile la prevalencia de depresión post parto es de un 36,7%. De acuerdo al Ministerio de Salud, la depresión se define operacionalmente como una alteración patológica del estado de ánimo, caracterizada por un descenso del humor que termina en tristeza, acompañado de diversos síntomas y signos que persisten por lo menos 2 semanas.

Dentro de los factores de riesgo, se encuentran los problemas médicos durante el embarazo, enfermedades del hijo, el nacimiento mediante cesárea, no contar con el apoyo familiar o de la pareja, presentar antecedentes de depresión o melancolía y tener un nivel educacional bajo. En tanto, el parto vaginal o haber alcanzado un nivel educacional superior tienen un efecto protector.

Al hablar de depresión post parto es de vital importancia saber reconocer los síntomas que se pueden presentar, como cambios en el patrón de sueño (insomnio), cambios en el apetito, tristeza o llanto permanente, irritabilidad, disminución de la energía, ansiedad y disminución de la libido.

Analizando lo anteriormente expuesto, las mujeres siempre imaginamos que al momento de convertirnos en madres, todo será maravilloso. Siempre alguien menciona lo difícil que significa serlo, pero a la vez revelan lo hermoso del proceso y que definitivamente la vida no volverá a ser la misma. Lamentablemente para algunas mujeres esto no es así, y en vez de ser un período mágico e irrepetible, se transforma en momentos complejos de asumir.

Muchas veces creamos una falsa expectativa de lo que una madre debe sentir con la llegada de un hijo. No todas las mujeres reaccionan igual; no todas se enamoran a primera vista; no todas quieren dar pecho; no todas están acompañadas por sus parejas, madres, amigas o alguna red de apoyo; y no todas planificaron su embarazo.

Socialmente y de manera inconsciente se castiga a las mujeres con depresión post parto, es por este motivo que sienten vergüenza y miedo de expresar lo que realmente sienten o lo triste que están.

Afortunadamente en Chile se aplica la escala de depresión de Edimburgo durante el control prenatal y si fuese necesario, se repite su aplicación a las 4 a 6 semanas post parto. Esta escala identifica a las mujeres en riesgo de desarrollar depresión asignando un puntaje. Dependiendo de éste, es mayor o menor la probabilidad de desarrollar depresión durante el embarazo o post parto y si fuere el caso tratar la depresión para que la madre vuelva a ver el lado hermoso de la maternidad y disfrutar de este período único e irrepetible con cada hijo.

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