Por Hugo Pérez White
Valdivia es una hermosa ciudad fluvial, que ha crecido y experimentado un desarrollo incalculable en el ámbito cultural y que se ha levantado con esfuerzo de sus habitantes, después de la destrucción que ocasionó el terremoto del año 1960 en sus carreteras, caminos y viviendas.
En los establecimientos educacionales y universidades de Valdivia se han formado profesionales destacados en las diversas áreas de la ciencia y la tecnología y que a través de sus centros de educación superior han encontrado en esta sureña ciudad su nicho para desarrollarse y lo han logrado con creces y su río ha sido un imán que inconcientemente ha impregnado sus mentes y los ha iluminado para dar vida a muchos proyectos, han invertido en ellos y hoy ven consolidadas sus ideas en obras palpables en beneficio de su ciudad.
Brillante idea de aquellos que trajeron las “góndolas” al estilo veneciano, al río Calle Calle y que iniciaron sus actividades náuticas pensando en que la gente que vive en la ciudad, en la región y por qué no decirlo en todo el país, disfrutarían de sus tardes melancólicas, junto a las embarcaciones que si bien es cierto no son iguales a las que se ven en Venecia, por lo menos rememoran un pedazo histórico y romántico de dichas embarcaciones.
No hay que ir tan lejos, entonces, para tener un recuerdo maravilloso, especialmente cuando el sentimiento puro del amor entrelaza los corazones, idea que debiera perpetuarse en el tiempo, deseando que aparezcan muchos emprendedores que hagan de sus ideas un motivo de atracción al espíritu.
Frecuentemente se divisan en los ríos y lagos del sur a solitarios empresarios americanos y europeos que son atraídos al sur de Chile por agencias turístifcas dedicadas al rubro que llegan a gozar de los ríos y lagos que abundan en esta zona del país para estar en contacto directo con las truchas que viven en nuestras aguas y una vez que estos peces llegan a sus manos, acarician sus cuerpos, observan la especie a que pertenecen para anotar en sus bitácoras la conquista realizada y luego devuelven las piezas a su hábitat natural para que sigan viviendo.- Esto es lo que llaman “la pesca deportiva” y que tiene muchos seguidores en el mundo.
Cada región tiene sus bellezas, que debemos cuidar y apreciarlas en toda su magnitud. así como las Torres del Paine son atracción para los turistas extranjeros, allá en el extremo sur de nuestro territorio, también lo es la Laguna San Rafael en la región de Aisén centro vital de la patagonia, con sus hielos eternos que sucumben al fragor del calentamiento global y poco a poco se va desgranando de su maciza muralla helada navegando los pequeños témpanos de hielo sin destino por los mares australes.
Los “géiseres” en el desierto nortino, con sus fumarolas calientes saliendo desde el fondo de la tierra, son motivo de visitas constantes y para qué seguir enumerando lugares maravillosos que la naturaleza ha dado a este país y la ha hecho atrayente en paisajes hermosos y por eso los valdivianos deben sentirse felices de vivir junto a un río que es atracción turística de primera categoría y con grandes proyecciones para el turismo nacional.
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