Por Senador Antonio Horvath
Luego de varios meses de discusión en las comisiones de Salud y Constitución del Senado, el pasado miércoles 25 de enero se aprobó en general el proyecto que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales –riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto con la vida y violación. En la ocasión, 20 senadores estuvieron por apoyar la iniciativa, mientras que otros 15 nos opusimos por diferentes fundamentos, y dos que se abstuvieron. Estamos en presencia de una discusión en extremo compleja, en especial, por tratarse de un aspecto fundamental de la vida humana, como es la gestación, no obstante el alto nivel que alcanzó, tanto en las comisiones como en la Sala. No se trata de ver el mundo en blanco y negro, sin embargo, de acuerdo a todos los antecedentes que obran en mi poder, las evidencias demuestran que el ser humano es persona, y por tanto, tiene derechos, desde el momento en que se produce la fecundación y se nidifica en el útero.
Sostengo que ese derecho, que no solo está garantizado por la Constitución, sino que es un valor moral per se de la vida y tiene que ser respetado. En este caso no solo participa la mujer, también lo hace el padre, él también debe tener un rol activo en esta discusión. A excepción de lo planteado por mí, en el Parlamento nadie se refirió a ese aspecto; sin duda, son decisiones que tiene que tomar la pareja en conjunto cuando puede.
Por otro lado, valoro los avances que ha alcanzado nuestra sociedad en los últimos años respecto a educación sexual y reproductiva, y a todo lo concerniente a amparo para las personas que quedan embarazadas, a los padres jóvenes para que puedan continuar sus estudios, o puedan seguir desarrollando sus labores; del mismo modo, valoro los métodos modernos de anticoncepción, los que incluyen hasta la píldora del día después, la que tras la fecundación, puede activarse hasta cinco días más tarde evitando lo que es clave: el embarazo no deseado.
Falta mucho que avanzar en materia de institucionalidad, en especial, en lo relativo al Sename, con el objeto de garantizar que los niños y sus familias sean bien cobijadas por el Estado, en las distintas regiones de nuestro país. En forma paralela tenemos que mejorar la ley de adopción; en este momento cuesta mucho adoptar un hijo en Chile, e incluso, se da la contradicción –como ocurre en nuestra Región de Aysén– que se dan casos de niños en adopción contra la voluntad de sus familias de origen, por lo que es necesario darle prioridad a la resolución de estos temas.
Respeto mucho a las personas que están a favor de las tres causales de interrupción del embarazo, pero, por otro lado tenemos antecedentes claros de que los médicos pueden actuar en caso de riesgo de vida de la madre, o en el evento de que el niño en gestación esté en condiciones de tener un daño letal. En el caso de la causal por violación, hay que aumentar mucho la seguridad ciudadana y el apoyo a las potenciales víctimas de delitos sexuales, tema que se resolverá, espero, en la discusión de indicaciones que puedan perfeccionar este proyecto de ley.