Por Marco Barrientos
Arquitecto y docente Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño, U. San Sebastián
El derrumbe ocurrido en Valparaíso que arrasó con una vivienda, un muro de contención y la vida de seis personas, es un hecho lamentable y doloroso que deja en evidencia un conjunto de problemas más profundos y estructurales de la ciudad.
Las causas que expliquen las razones del colapso son, sin duda, importantes para la evaluación del caso en particular, pero también porque contribuyen a una reflexión general a nivel país.
Una parte importante de la ciudad -especialmente en los sectores altos- corresponde a asentamientos informales establecidos al margen de las condiciones y restricciones normativas urbanas y edificatorias. Lo que se traduce a su vez, en asentamientos vulnerables a riesgos de diversa índole como deslizamientos de tierra, terremotos e incendios, entre otros.
La ciudad informal -presente en diversas ciudades del país- queda así excluida del marco regulatorio que supone un cierto ordenamiento espacial, a la vez que el resguardo de la población que lo habita.
Visto así, resulta prioritario impulsar políticas públicas que permitan una efectiva planificación urbano-territorial de mediano y largo plazo, que recojan de manera concreta parte de los problemas sociales latentes en los asentamientos informales existentes en el país. Desafío que no sólo involucra al Estado y organismos competentes, sino que también a las comunidades comprometidas.