Por Juan Carlos Tapia Espinoza
Director Instituto de Previsión Social Valparaíso
Diciembre es por antonomasia mes de balances y probablemente lo es todavía más si coincide con el fin de un ciclo. Es el caso, si consideramos que concluye el segundo período de la Presidenta Michelle Bachelet al mando de la Nación y lo es especialmente para el Instituto de Previsión Social (IPS), al tratarse de la institución que administra el sistema de pensiones solidarias y de los regímenes previsionales de las ex Cajas, distribuyendo además los beneficios que otorga el Estado a los sectores más postergados.
Ello, porque la Presidenta Bachelet ha dado a sus dos mandatos un acento a la protección social tan relevante como para marcar un antes y un después en el concierto de las políticas públicas chilenas. A raíz de ese sello incuestionable y la decisión de poner en el centro a la población de mayor edad y aquellos millones de personas que sacan adelante a sus familias a costa de mucho esfuerzo, al IPS le ha tocado dar muestras de su compromiso y los alcances de su gestión. En buena hora, por cierto.
Por eso el orgullo de haberla visto este martes llegar hasta el nuevo centro de atención inclusivo IPS de Valparaíso –el octavo en el país- y haciendo propia la alegría que da inaugurar infraestructura y establecer mejores prácticas para recibir en nuestras dependencias a quienes tienen necesidades especiales. Este modelo tiene como foco la dignidad de la persona y humanizar el trato, dando no sólo más comodidad, sino también tiempo de calidad e incorporando la empatía a la acción, de modo de cubrir cada vez mejor sus requerimientos. En definitiva, el IPS Inclusivo no es otra cosa que una expresión más del mandato que nos ha dado la Presidenta y su puesta en marcha, también en Quillota, revela la decisión de avanzar para convertirnos en una mejor sociedad, más integradora, acogedora y justa.
Que el IPS sea pionero y marque la pauta en esta materia no es casualidad, sino lo esperable de una organización que cada año se supera y ya ha sido distinguida cuatro veces con el Premio a la Excelencia Institucional, reconocimiento que destaca la buena gestión, la calidad de los servicios proporcionados a los usuarios, la eficiencia y la productividad.
Como IPS nos estamos haciendo cargo del Chile de hoy y del que vendrá, asumiendo el envejecimiento de la población y a la diversidad como una virtud que nos hace mejores y a la que no se debe temer. El IPS y cada uno de los servicios del Estado están llamados a abrir sus puertas a personas en situación de discapacidad, migrantes, adultos mayores, madres que concurren con sus hijos, jóvenes y no tan jóvenes, de todas las etnias originarias y cualquiera sea su religión o su condición sexual.
Se trata de principios fundantes de la mirada que da la Presidenta Bachelet a lo que hace y que tienen que ver con equidad, inclusión y justicia social, porque queremos seguir construyendo Chile sobre esos cimientos. Eso hizo posible la Reforma Previsional que creó el Pilar Solidario y permitió que posteriormente se concediera un espacio prioritario a la discusión en torno a la protección social, que otorgó un reajuste extraordinario de 10% a las Pensiones Básicas Solidarias y el Aporte Previsional Solidario. Gracias a todo eso, a fin de cuentas, se puso en el centro del debate el futuro del sistema previsional, que es una noticia en desarrollo.
En épocas de balances y fines de ciclos es justo expresar el agradecimiento por los avances, orgullo por lo realizado y renovar el compromiso de seguir adelante en todo aquello que tenemos pendiente.