La exposición al sol sin protección y en horas dónde es más intensa la acción de los rayos ultravioleta, trae serias consecuencias para la piel, principalmente en el caso de los niños. Si la prevención falla, es necesario saber qué medidas se puedan adoptar para aliviar los síntomas y signos característicos de la insolación.
El exponerse al sol sin protección no sólo constituye un riesgo por eventuales quemaduras, sino también por los malestares propios de la insolación y otras enfermedades como el golpe de calor, cuando el cuerpo no puede mantenerse a una temperatura baja.
Con las altas temperaturas y la mayor intensidad de los rayos ultravioleta es necesario tomar medidas preventivas, pero también saber qué hacer cuando ya se produjo la sobreexposición a los rayos solares y existe dolor por las quemaduras.
Angeles Solís de Ovando, académica de la Facultad de Enfermería de la U. San Sebastián, señala que cuando una persona esta insolada, lo primero que manifiesta es “congestión facial y se pone roja la cara u otras partes del cuerpo que estuvieron expuestas al sol. Además, tienen una temperatura mayor de lo normal”.
La enfermera dice que la insolación es más compleja, cuando se presentan otros síntomas como: “cefaleas, náuseas, vómitos, fatiga y calambres y en los casos más extremos, llegar a desmayos, alteración de la conciencia e incluso convulsiones”.
Por eso, la docente indica que no se debe olvidar que “una persona y particularmente un niño que esté expuesto al sol sin protección durante una hora puede sufrir quemaduras o tener insolación. Ellos tienen la piel mucho más sensible y necesitan mucha más agua o hidratación que un adulto”.
Además, explica que cuando se produce la quemadura, se genera ardor, enrojecimiento y calor local y puede ocurrir que aparezcan lesiones como úlceras en la piel y en el caso de personas con dermatitis atópica y en los niños se generan ampollas o flictenas”
Se entiende que estas ampollas, son una especie de burbuja o vesículas que aparecen en la piel y están llenas de líquido aunque también pueden contener sangre.
Medidas
Por este motivo, la enfermera precisa que lo primero ante una quemadura hay que colocar la zona afectada “bajo agua fría durante 15 o 30 minutos o bien utilizar paños húmedos o tomar una ducha fría, para disminuir la temperatura de la zona afectada”.
También agrega que “no hay que colocarse cremas que contengan alcohol porque producen más daño”.
Otra acción indispensable es no utilizar aceites o lociones en la superficie afectada y “recurrir a algunos tipos de gel que son calmantes e hidratantes como los denominados After Sun, si es una quemadura menor. Además existen productos naturales como la rosa mosqueta que permiten aliviar la temperatura y el ardor”.
La docente afirma que la persona con insolación además “debe mantenerse hidratada y siempre cuando hay mucho calor e incluso sin haberse expuesto al sol, es necesario beber agua varias veces al día para llegar a los dos o tres litros recomendados al día”.
En caso que se presenten ampollas, la enfermera recalca que “no hay que tratar de pincharla o intervenir para sacar el líquido de su interior. Lo ideal es esperar a que evolucione sola y cubrir la ampolla con un vendaje seco”.
Y si la quemadura o la ampolla abarcan una mayor superficie o produce síntomas más graves, se debe consultar de inmediato a un médico.
La profesional enfatiza que lo mejor es prevenir y utilizar bloqueadores solares, para no sufrir quemaduras y todas las molestias que traen consigo. En el caso de estos protectores, tienen que ser de un factor 50 y su aplicación es cada dos horas y media hora antes de salir de la casa.
Si se trata de niños que están en contacto con el agua, es necesario volver a aplicarlo cada vez que se mojen y esperar unos 20 minutos hasta que el protector solar se absorbido por la piel.
Según la FDA un protector solar con FPS 30 es suficiente y el costo beneficio, a no ser personas con fototipos cutaneos I o II o conantecedentes de cáncer de piel, no justificarían sobre este nivel de FPS.