Cenamos, nos acostamos, nos disponemos a ver un programa, serie o película y ¡ZAZ! Un deseo incontrolable interviene en nuestro pensamiento y pide urgente que lo sacien: “Necesito algo dulce”. Y no es un antojo de dulce sano, sino de fruta. Es una necesidad fuertísima de ingerir azúcar con grasa, calorías dulces.
Y si hablamos de dulce, el chocolate es el rey por excelencia. En tableta, en barra, en rama, en bombones, en alfajores. Amargo, con leche, blanco. Con frutas, con almendras, con menta. En ese momento de la noche en el que ese deseo irrumpe en nuestras mentes como un golpe, se nos viene a la cabeza el catálogo entero de Varsovienne.
La experiencia y la trayectoria reflejadas en la calidad
Más de 65 años de experiencia y trayectoria hacen de los chocolates Varsovienne una de las opciones del mercado más elegidas por los chilenos. Sin abandonar la receta original de ese producto que tan feliz nos hace, han evolucionado en términos de calidad y formato, ofreciendo hoy por hoy diversas opciones a la hora de disfrutarlo.
La chocolatería de larga trayectoria utiliza materias primas de primera calidad y de diferentes partes del mundo. Ofrece barras, bombones macizos y rellenos, delicatessen, frutas bañadas. Y por supuesto los huevos y conejos de Pascuas se destacan entre sus recetas.
Probablemente sea ese compromiso con la elaboración y el consumidor el que los mantiene seis décadas más tarde en el podio de los chocolates. Mientras que la combinación con una gustosa pasta de avellanas también posiciona a Ferrero Rocher entre los chocolates más elegidos.
En ambos casos, las fórmulas que los distinguen los siguen acompañando desde el inicio hasta la actualidad. Un buen producto garantiza buenos resultados y tiene la capacidad de seguir cautivando a los consumidores. Incluso a aquellos que no son tan golosos y que se vuelcan a chocolates de excelencia para saciar un antojo excepcional.
Para todos los gustos
Como en casi todos los productos, en lo que a chocolates refiere en el mercado existen opciones para todos los bolsillos, pudiendo acceder a costosas barras de chocolate importado como a riquísimos Varsovienne con descuento y Ferrero Rocher a buen precio. Pero además de variar en costos, varían en formas y sabores.
Los bombones Ferrero Rocher son un producto único. Una avellana entera inmersa en un suave relleno de cacao y avellanas. Esta crema envuelta en una fina y crocante oblea y ésta bañada de chocolate y pedacitos de avellana conforman esta delicia. El reconocimiento de esta marca responde a este único producto. Como también a los conejos y huevos creados para una fecha emblemática como las Pascuas a modo de edición especial del chocolate Ferrero Rocher.
Otras empresas ofrecen una gama amplia de productos donde el chocolate es el protagonista. Dentro de esta variedad hay opciones macizas, rellenas, con distintos porcentajes de cacao, en forma de tableta o de barra. Durante los últimos años, con los cambios en la alimentación, incluso existen chocolates sin azúcar y hasta veganos.
Los bombones Varsovienne se combinan con lo que la marca denomina ‘macizos’ en la caja Gran Selección. Una conjugación exquisita de dulces pequeños rellenos de pisco, licor Amaretto y menta y porciones de igual tamaño de diferentes chocolates: Bitter, Blended milk y Blanco Icoa.
La experimentada chocolatería también ofrece barras macizas con distintos porcentajes de cacao y nougat. Monedas de chocolate y chocolate cobertura de diverso tipo e intensidad de cacao para realizar recetas de pastelería. Grageas, bañados y alfajores forman parte de su oferta en el mercado.
Ya dejando de lado el producto principal que identifica y caracteriza a la marca, galletas, tortas, gomitas, turrones, mazapán, frutos secos y hasta cafés y tés completan su vasto catálogo.
El cacao
El cacao es una fruta de origen tropical producida principalmente en Costa de marfil, Ghana, Indonesia, Nigeria, Brasil, Camerún, Ecuador y Malasia. A pesar de que existen muchas variedades el cacao trinitario, el criollo y el forastero son los tres más frecuentes.
El árbol de cacao puede medir entre 4 y 8 metros. Tiene frutos alargados de color marrón-rojizo, pulpa blanca dulce y unas 30 a 40 semillas cada uno. Crece en bosques húmedos tropicales, tarda 5 o 6 años en dar frutos y unos seis meses en que estos maduren.
De la planta a la góndola: el proceso productivo del chocolate
Para disfrutarlo tal como lo compramos, el delicioso dulce que consumimos masivamente en el mundo atraviesa un largo y minucioso proceso de producción. Desde la planta de cacao hasta la góndola del supermercado o el freeshop este noble producto transita por diversas etapas.
La cosecha es el primer paso en la producción y se realiza mayormente entre septiembre y febrero. Cuando las vainas de cacao están maduras y de color amarillo se cortan y se desgranan. Se colocan los granos sobre hojas de plátano y se fermentan entre 3 y 7 días. En ese plazo se desprende calor, se desintegra la pulpa, se vuelve de color marrón claro y comienza a aparecer el sabor del chocolate.
Durante los 7 a 10 días siguientes, los granos se secan al sol, se oscurecen y concentran su aroma. En la etapa posterior se seleccionan y se tuestan para intensificar el color y el sabor. Luego se descascaran para separar las semillas y éstas son trituradas y molidas durante varias horas.
Ese proceso convierte las semillas en un líquido que se mezcla con manteca de cacao y otros ingredientes en función del tipo de chocolate que se quiera lograr. La receta del chocolate amargo tendrá pasta de cacao, manteca de cacao y azúcar. Como lo indica su denominación, el más claro contendrá leche y el chocolate blanco carecerá de pasta de cacao.
Esta preparación granulosa se refina para obtener partículas más chiquitas, se amasa y se templa. Según el producto que se busca, en este momento se le agregan otros ingredientes como frutos secos o esencias. Se moldea, se enfría y finalmente se embala y se distribuye para el disfrute de todos los fanáticos del chocolate.