Por Patricio Reyes, director de Consultora R-Yes
Tras el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y la oposición para enfrentar esta crisis inédita que nos presenta esta pandemia, quiero destacar la oportunidad que brinda para revertir la percepción generalizada del bajo aporte al empleo y productividad que realiza el SENCE, retirando ya del Senado el Proyecto de Ley “Modernización de la Franquicia Tributaria SENCE”.
El proyecto pone severas restricciones a la capacitación al buscar implementar un copago del 20% a los trabajadores de menores ingresos, al eliminar del traspaso de los fondos SENCE de las empresas de un año a otro a través de las OTIC, lo que dejará sin flujo de caja para capacitar; y permitir que las Universidades, Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales sean OTEC, lo que desviaría fondos de la capacitación de las empresas a financiar la gratuidad en la educación superior.
Poco o nada se habla en el Proyecto de Ley de lo que debiera verdaderamente reformarse para mejorar el sistema; modernizar y flexibilizar al mismo SENCE. El proyecto de ley insiste en cambiar las acciones y no al observador, que es el SENCE.
Adicionalmente, con esta Ley se estima que se reducirá, en un corto plazo, un 54% de la capacitación en Chile, afectando la empleabilidad de miles de profesionales de las áreas de Recursos Humanos, Desarrollo Organizacional, Capacitación, Bienestar, u otras áreas que han surgido al amparo y la necesidad de gestionar la capacitación vía Franquicia SENCE en las empresas, como además de los 1.730 Organismos Técnicos de Capacitación (OTEC) que existen.
Es el momento de hablar de reconversión y adaptabilidad laboral, y dejar de lado medidas que pueden afectar aún más el mercado laboral en un escenario de tanta incertidumbre para todos los chilenos y las empresas.