Comprometidos con la educación universal, profesores del Liceo San Ignacio de Loyola incorporan en sus clases el uso de pictogramas, sistema de aprendizaje que por medio de la identificación esquemática de objetos, acciones e ideas permite equiparar las oportunidades de aprendizaje en el alumnado.
Fue en 2007, cuando comenzaron trabajando con un pequeño grupo de alumnos con Trastorno del Espectro Autista. Debido a la alta demanda que esto significó para el Programa de Integración Escolar (PIE), decidieron ampliar la implementación de apoyos visuales para estructurar el día a día de toda la comunidad escolar y así facilitar e integrar este conocimiento en su estructura diaria.
“Esta es una forma de inclusión que nos ha resultado durante muchos años. Nuestro sueño es que alrededor de nuestra escuela pueda haber más inclusión; en los paseos peatonales, en nuestra ciudad, en los ascensores, en todo lugar donde nuestros niños y jóvenes puedan necesitar de esta organización”, declaró Jordana Flores, profesora de educación básica de la escuela.
El objetivo del programa PIE es accionar una mejora continua en la calidad de la educación para así evitar el ausentismo escolar y promover la participación y logro de objetivos de aprendizaje de los estudiantes, especialmente de aquellos que presentan NEE (necesidades educativas especiales) permanentes o transitorias.
Según relatan los profesores, con el empleo de pictogramas en este modelo educativo no solo han conseguido buenos resultados en el aprendizaje de los estudiantes, sino que además ha dado excelentes resultados en materia de convivencia escolar.
Inclusión y buen uso del espacio público
La meta de los docentes es que el entorno se transforme en un lugar tan amigable como el colegio, y es por esta razón que ponen especial atención en el proyecto de normalización y mejoramiento de las rutas peatonales en Valparaíso, iniciativa que considera la implementación de dispositivos arquitectónicos de accesibilidad universal como huellas podotáctiles, luminaria y pictogramas en los cruces.
“Queremos llevar el apoyo visual al entorno que está fuera de la escuela (…) Es importante que la señalética vaya acorde al uso de este apoyo visual, no solo para los niños que hay acá sino para toda la comunidad que transita por el espacio público”, señaló Jaime Lagos, psicólogo PIE del Liceo San Ignacio de Loyola. Con una matrícula de 630 alumnos la comunidad de este establecimiento, ubicado en el sector de Pedro Montt al poniente de Avenida Argentina, piden el apoyo de SERVIU para contar con pictogramas en este tramo de la ruta peatonal para facilitar el desplazamiento de cerca de 150 alumnos neuro divergentes que hoy representan un 10% del total de sus estudiantes, así como también apoyar a otros seis establecimientos del sector que también luchan por la integración de niños y jóvenes con Trastorno del Espectro Autista.