Valparaíso enfrenta un momento decisivo en su historia política. Tras años de frustración acumulada bajo la administración de Jorge Sharp, los porteños se preparan para un nuevo ciclo electoral con la esperanza de encontrar soluciones a los problemas que han marcado su vida cotidiana: una ciudad que, siendo Patrimonio de la Humanidad, sufre el abandono de su infraestructura, una delincuencia creciente y un desorden económico palpable. En este contexto, la candidatura de Juan Marcelo Valenzuela emerge como una propuesta con enfoque pragmático, basada en el orden, la seguridad y la inversión.
Valenzuela ha planteado un discurso claro: la seguridad es el punto de partida. En una ciudad que se ha visto sobrepasada por el comercio informal y los niveles crecientes de delincuencia, su plan es de tolerancia cero. No se trata de un simple aumento de presencia policial, sino de una estrategia integral que implica la colaboración de Carabineros, la Policía de Investigaciones y la Armada para patrullar las zonas críticas. Plantea un copamiento de los cerros y zonas turísticas, con presencia constante de fuerzas de seguridad y tecnología avanzada para la vigilancia. Esta visión, que propone un Valparaíso seguro para sus habitantes y atractivo para los turistas, responde directamente a una de las quejas más recurrentes en la ciudad: la sensación de abandono y desprotección.
El comercio informal, una problemática que ha transformado a Valparaíso en un caos en sus principales avenidas, es otro de los frentes que Valenzuela se ha comprometido a atacar. Su propuesta no solo busca desalojar a los vendedores ilegales, sino que también incluye un sistema de empadronamiento para el pequeño comercio del 40% más vulnerable del Registro Social de Hogares. Esta medida no solo restituiría el orden en espacios como las avenidas Pedro Montt y Argentina, sino que también busca proteger a los ciudadanos más desprotegidos que dependen del comercio para subsistir. Valenzuela entiende que la reactivación económica no será posible sin un entorno comercial legal y seguro.
Sin embargo, Valparaíso no puede limitarse a resolver sus problemas de seguridad y comercio. Para Valenzuela, el verdadero salto cualitativo de la ciudad depende de la recuperación de su patrimonio y de la creación de un entorno propicio para la inversión. Los ascensores, símbolo icónico de Valparaíso, han sido abandonados durante años. Valenzuela propone replicar el modelo de restauración llevado a cabo en el Ascensor Barón, donde una intervención eficiente permitió su recuperación. En su plan, la colaboración público-privada será esencial, pues la restauración del patrimonio no solo significa un beneficio cultural, sino también un impulso para la reactivación del turismo.
Otro pilar de su propuesta es la inversión económica. Valenzuela apuesta por convertir a Valparaíso en un centro atractivo para la inversión privada, con medidas como un IVA diferenciado para sectores clave como el turismo y la cultura. Con esta iniciativa, busca dinamizar la economía local y generar nuevas oportunidades de empleo, especialmente en industrias creativas y servicios vinculados al turismo. Esta visión ambiciosa está fundamentada en la idea de que Valparaíso debe recuperar su capacidad productiva, tanto en el puerto como en las industrias culturales que la han definido históricamente.
Valenzuela entiende que el cambio profundo que Valparaíso necesita no llegará solo con un cambio de alcaldía, sino con una transformación estructural en la manera en que la ciudad se gestiona. Su plan incluye la reestructuración del SECPLA (Secretaría Comunal de Planificación), con el objetivo de levantar proyectos de infraestructura y buscar financiamiento externo. No se trata solo de administrar los recursos locales, sino de atraer inversión y aprovechar la posición estratégica de Valparaíso para generar desarrollo a largo plazo.
En definitiva, la candidatura de Juan Marcelo Valenzuela no es simplemente una alternativa a la administración de Sharp, sino una propuesta que enfrenta los problemas estructurales que han frenado a Valparaíso durante años. Su plan combina orden, seguridad, inversión y la recuperación del patrimonio como pilares fundamentales para devolverle a la ciudad el protagonismo que alguna vez tuvo.