Gracias a las películas de Disney por hacernos creer en el “Príncipe Azul”, gracias a las películas de Hollywood por hacernos creer en el amor a primera vista, en el romance y en el dulce y perfecto despertar, y por último gracias al porno por enseñarnos la pasión desatada del sexo, los orgasmos al unísono y un estereotipo que de nada sirve…
Y es que como muchas cosas en la vida nadie nace sabiendo como tener sexo, y la educación de nuestros padres en muchos casos llega solo hasta la menstruación y en casos más avanzados a los métodos anticonceptivos. Pero nadie te enseña cómo deben ser tus relaciones sexuales y los estereotipos de las películas y novelas no contribuyen para nada en nuestra educación. Existen ciertos mitos que debemos derribar por ejemplo:
1-El sexo no pasa porque sí: En las películas, dos perfectos desconocidos se encuentran por casualidad, y a la siguiente escena ya están en la cama porque “estaban hechos el uno para el otro”. En la vida real lleva un poco más de esfuerzo, por lo menos una noche…
2-A veces la pareja está tan excitada que se dejan puesta prendas (nada sexys) encima: Y cuando acaban, él está con la camiseta puesta, sin pantalones ni calzoncillos, pero con calcetines…
3-La mitad de las posiciones sexuales más comunes acabarán con tus rodillas: así que haz ejercicio, porque cuando tú intentes hacer el perrito él hará la rana, ¿y tus rodillas? Así que reza para salir con vida de esto.
4-El sexo es mejor sobrio: Aunque con alcohol te den más ganas de hacerlo, no acabará bien y uno de los o se duerme, o ronca o dejará pagando al otro.
5-El lubricante siempre funciona: Aunque seas de las que dicen “no necesito un lubricante”. Pruébalo y verás.
6-Si no estás acostumbrada a prácticar deportes el sexo puede ser duro… muy duro: Si eres el tipo de persona que aplica las posturas de yoga a la cama, te será más fácil encontrar a alguien con quien compartirlas.
7-Una presión excesiva en tu clítoris puede ser desagradable: Importante, los hombres no lo saben, es por eso que cuando te masturban, creen que están jugando a un videojuego, y tu clítoris es la pistola láser que tienen que apretar.
8-El sexo definitivamente no es como en las películas: Si hay 1 grado y tienes frío, ni con una chimenea al lado te podrás despegar de la cama, y con sólo sacar un dedo de las frazadas te congelaras, lo mismo se aplica al calor, si hay más de 35 grados a la sombra y no paras de sudar el sexo no es una buena alternativa, ahora si quieres hacerlo en el agua, es otra cosa…
9-El buen sexo puede ser bochornoso: El “yo traigo el vino, pon tú las velas” que conocemos de las películas nunca pasa. En el sexo de la vida real hay posiciones imposibles e incómodas, risas en mitad del coito y abandonos. Y cuanto más cómoda estés con tu pareja y acostumbrada a todas las imperfecciones que puede haber durante el acto, más fácil será que llegues al orgasmo.
10-Lo que viene después: Pasar la mañana en una cama blanca, limpia e impoluta con sábanas de hilo, mientras desayunan croissants y escuchan música clásica en un antiguo tocadiscos, no es una escena de la vida real. Echar a “piedra, papel o tijera” quién será el que se levantará a coger el vaso de agua de la cocina, pasando por el frío y húmedo suelo, sí lo es.
11-El momento condón: Lo raro y embarazoso que resulta este momento nunca se dice. Por eso, cuando llegamos a la tercera y última base del juego, no sabemos adónde mirar, ni qué hacer mientras nuestro chico se pone el preservativo, para las más experimentadas el ayudar es algo normal, pero es algo que se aprende con la experiencia.
12-Cambiar de posición suele ser un desastre: A no ser que tú seas una profesional de la gimnasia rítmica, y él sepa coordinarse con tus piernas.
13-Los accidentes ocurren: Como darle una buena patada en sus partes nobles mientras intentan cambiar posiciones, o golpearte con la pared.
14-¿Quién dijo en la tina?: En las películas se ve fácil, pero en la vida real el roce y golpearte con tu pareja o con la tina no es tan romántico y sexy.
15-Última y más importante: seguramente no llegarán al mismo tiempo al orgasmo. Es cuestión de práctica y compenetración con tu pareja, de comunicación y escucha.