Quienes sienten afición por las biografías normalmente encuentran mayor disfrute en aquellas que son relatadas por sus propios protagonistas, pues es como si el autor estuviese abriendo su corazón y revelándonos secretos que sólo contaría a las personas cercanas. En otras palabras, cuando leemos una autobiografía nos sentimos más vinculados con el personaje cuyos detalles vitales queremos conocer.
En el caso de los escritores (novelistas o poetas), aunque usualmente sus obras están llenas de detalles autobiográficos, estos están “escondidos”: no sólo cambian los nombres de las personas y lugares (e, incluso, las épocas) sino que adaptan las situaciones a su propio gusto. Leer sus memorias, entonces, nos inician en el hermoso ejercicio de descubrir, comparando éstas con sus narraciones “de ficción”, qué es realmente invención y qué es vivencial.
A continuación mencionamos 5 de estas memorias, escritas por autores que nos son cercanos y cuyo contenido no dejará de sorprendernos.
1. Vivir para Contarla de Gabriel García Márquez: Lo único que podemos deplorar de estas memorias del recientemente fallecido Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, es que sólo nos cuente parte de su vida, la que transcurre hasta 1957, cuando viaja a Europa por primera vez, con apenas 30 años de edad. No ha sido su culpa, sin embargo, pues su intención era escribir otras dos partes, que cubrieran toda su existencia. La enfermedad y el tiempo, desgraciadamente, lo han impedido. Escrita en una prosa tan exquisita, melodiosa, salpicada de humor y gracia, nos obliga a reescribir su frase inicial y afirmar que, en su caso, la vida no es la que vivió, sino cómo la contó.
2. El Pez en el Agua de Mario Vargas Llosa: Una de las pocas cosas de las que Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, puede lamentarse es la de haber decidido participar en política. Su amarga experiencia como candidato a la presidencia del Perú -cuando perdió en segunda vuelta frente a Alberto Fujimori- le dejó tan marcado que se decidió a escribir estas memorias. Maravillosamente escritas, Vargas Llosa va entrelazando capítulos en los que cuenta su infancia y juventud, con episodios más recientes, vinculados al por qué se decidió a participar en la política, y reflexiones sobre sus principios y creencias.
3. Confieso que he Vivido de Pablo Neruda: Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971 es, sin duda, uno de los más grandes poetas universales. Su vida, plena de lugares exóticos, amigos excepcionales y hechos memorables, es contada en una prosa rica e ingeniosa en Confieso que he Vivido. Estas memorias se complementan con su otro libro autobiográfico, Para nacer he Nacido, más anecdótico y a su vez más íntimo.
4. Mi País Inventado de Isabel Allende: No menos interesante es la vida de Isabel Allende, la escritora en español más leída de todos los tiempos. En Mi País Inventado, Allende intercala sus vivencias en Chile con sus experiencias actuales en Estados Unidos, donde reside desde hace ya algún tiempo. Este no es, sin embargo, su único libro autobiográfico. En Paula, en el que narra la vida de la hija que falleció de una penosa enfermedad, también nos describe aspectos interesantes de su propia vida.
5. Los Hechos de Philip Roth: No podíamos culminar la lista sin mencionar la autobiografía de uno de los escritores más representativos de la literatura estadounidense del siglo XX y comienzos del XXI. Philip Roth, constante candidato al Premio Nobel de Literatura, nos describe en estas memorias sus más significativas experiencias de infancia, juventud y madurez, marcadas por su origen étnico y religioso.
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