Cinco Esenciales Libros de Mundos Distópicos

Publicado por Equipo GV 3 Min de lectura

La palabra distopía no figura en el Diccionario de la Real Academia, pero uno de los miembros de la institución, el escritor José María Merino —uno de los autores de Morir todavía—, mantiene un firme compromiso con su previsto proceso de incorporación. Se atribuye a John Stuart Mill el primer uso documentado del término en el curso de una intervención parlamentaria en 1868.

Distopía —cuyo significado etimológico es “mal lugar”— es el antónimo de utopía, concepto acuñado por Tomás Moro en su obra escrita en 1516 para describir, literalmente, un no-lugar desde el que ofrecer un comentario sobre el presente político de Gran Bretaña. Según David Pringle, la primera utopía literaria ya incorporaba el germen de lo distópico: “La utopía tiene el desagradable hábito de transformarse en distopía. Incluso la obra de Tomás Moro, que bautizó el género literario de la utopía, tenía una doble cara. Es un cliché afirmar que describe una sociedad mejor, pero, de hecho, había algunos aspectos de esa sociedad imaginada que Moro contemplaba probablemente con horror: por ejemplo, la ausencia de Dios. Soy de los que piensan que realmente no estaba abogando por un buen lugar. Por el contrario, estaba imaginando un no-lugar como atalaya desde la que comentar, disimuladamente, el mundo que le rodeaba”.

un-mundo-felizUn Mundo Feliz (1932). Aldous Huxley. El placer es la principal herramienta de control en una sociedad futura que se parece demasiado a un presente donde hedonismo y trivialidad neutralizan nuestra capacidad de reacción.

19841984 (1949). George Orwell. El texto distópico más influyente del siglo XX: una hipérbole de la pesadilla totalitaria de los cuarenta, cuyos agresivos conceptos —de la neolengua a la Policía del Pensamiento— parecen haberse adaptado y camuflado en nuestra cotidianidad videovigilada y políticamente correcta.

Stanislaw Lem El Congreso de Futurología_thumbCongreso de Futurología (1971). Stanislaw Lem. Tras encontrar un dramático final en el 8º Congreso Internacional Futurológico de Costarricania, el astronauta Igor Tichy es reanimado en un 2039 donde la humanidad ha llegado a la felicidad (o a su simulacro) por la psiquímica. Una afilada sátira distópica.

bienvenidos a metro centroBienvenidos a Metro-Centre (2006). J. G. Ballard. La construcción de un gran centro comercial en los suburbios inspira el surgimiento de un nuevo fascismo basado en el ímpetu consumista y un nacionalismo hooligan de grada de fútbol. La despedida de un maestro.

el circuloEl Círculo (2013). Dave Eggers. El deseo de desaparecer es una disidencia en el modelo de sociedad que imagina el autor de Qué es el qué: un Google-panóptico global que cree haber erradicado el problema del Mal a través de la hipervisibilidad.

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