Las fotos comprometidas de la actriz Jennifer Lawrence y otras actrices y famosas filtradas estos últimos días en la red han supuesto todo un torpedo para la confianza en los servicios de almacenamiento remoto (la llamada ‘nube’), y además ha supuesto un problema de imagen para Apple.
Estas imágenes ‘robadas’ de servicios de almacenamiento web fueron difundidas en un mensaje en el foro 4Chan por usuarios anónimos, que aseguraban que fueron obtenidas de las cuentas de iCloud -servicio de almacenamiento en la ‘nube’ de Apple- de Lawrence y otras famosas como Kate Upton y Mary Elizabeth Winstead.
Apple ya ha asegurado que descarta un fallo de seguridad en sus servicios iCloud o Find my Phone, sino que en ciertos casos (y tras más de 40 horas de investigación) ha descubierto que “ciertas cuentas de celebridades fueron comprometidas por un ataque muy específico a nombres de usuario, contraseñas y preguntas de seguridad, una práctica que se ha vuelto muy común en Internet”, afirma su comunicado.
La compañía atribuye a contraseñas débiles o preguntas de seguridad demasiado obvias el origen de la entrada de terceros en las cuentas privadas de las famosas víctimas de esta filtración, que ha dejado expuestas en la Red multitud de imágenes íntimas que originalmente no habían sido tomadas para su difusión.
Esta filtración causó, además de la lógica indignación de las víctimas -que no tardaron en expresar su frustración y enojo a través de las redes sociales- la apertura de una investigación tanto por parte de Apple como por el propio FBI estadounidense.
Según informa Reuters, a raíz de esta violación de la intimidad ‘online’ varios expertos de seguridad y desarrolladores móviles han puesto el acento en los problemas de seguridad en la ‘nube’. De hecho, algunos critican a Apple por no facilitar aún más el acceso a medidas de seguridad adicionales, como la autenticación de dos pasos, que requiere un código de verificación independiente -enviada al usuario al móvil mediante SMS- al tratar de iniciar una sesión.