Libros Imperdibles de la Literatura Japonesa

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

No hace tantos años, acceder a la obra de autores japoneses suponía una búsqueda por los libreros de viejo: de las ediciones de Mishima de Caralt, o su Pabellón de Oro en una discutible traducción de Juan Marsé para Seix Barral, a traducciones incompletas y del inglés o francés de los clásicos El Libro de la Almohada o el Genji. Ser aficionado a la literatura japonesa y poder gozar de variedad en la elección era un lujo al alcance de los pocos que tuvieran el francés o el inglés como segunda lengua.

Les dejamos un listado con alguna de las obras imperdibles de la literatura japonesa:

Genji Monogatari de Murasaki Shikibu1. Genji Monogatari de Murasaki Shikibu: Describe un mundo sofisticado y perdido, el de la corte imperial de Heian Kyō a finales del siglo X, pero no como Shōnagon, sino en forma de narración, relatando la historia del príncipe Genji.

El Libro de la Almohada de Sei Shōnagon2. El Libro de la Almohada de Sei Shōnagon: No es un libro de ficción, y tampoco propiamente un diario, al estilo de los contemporáneos de Murasaki Shikibu o de Sarashina. La autora va describiendo sensaciones, experiencias cotidianas, ideas que pasan por su cabeza, listas de cosas, todo ello sin mucho orden, y acaba componiendo un delicado y sutil retrato, no ya de su época, sino de la sensibilidad humana.

Hyakunin Isshu (Cien poetas, cien poemas)3. Hyakunin Isshu (Cien poetas, cien poemas): Aunque ya del período Kamakura, esta popular antología, donde casi tan importante como los poemas individuales es el criterio del poeta Fujiwara no Teika, su compilador, procede en su mayoría de las principales antologías del período Heian: Manyōshu, Kokinshu, etc. Son poemas breves, llamados tanka, de cinco versos de 5,7,5,7 y 7 sílabas, de los cuales los tres primeros plantean un tema que se suele resolver en los dos últimos. Se difundieron enormemente durante el período Edo en la forma de un juego de cartas en dos barajas, -una con los poemas completos y otra sólo con sus finales-, consistente en que al oír los tres primeros versos de un poema, cada jugador debía tratar de asociarlos rápidamente con la carta en la que estaban escritos los dos últimos.

Amores de un Vividor de Saikaku Ihara4. Amores de un Vividor de Saikaku Ihara: Retrata vivamente en numerosos episodios las andanzas, sobre todo amorosas, de cierto Yonosuke y con ellas la vida cotidiana del período Edo. Inaugura en literatura un género que surge a la vez que en pintura las famosas estampas ukiyo-e, con las que comparte temática.

Sendas de Oku de Matsuo Bashō5. Sendas de Oku de Matsuo Bashō: Su autor, contemporáneo y conocido de Saikaku, viene siendo considerado el gran maestro del haiku. Con cerca de 40 años se convirtió al budismo Zen, y emprendió una serie de viajes de peregrinación, hasta su muerte 10 años después. Este libro es un itinerario poético de uno de estos viajes, el último que pudo completar.

Cuentos de Luna y de Lluvia de Ueda Akinari6. Cuentos de Luna y de Lluvia de Ueda Akinari: Escrito a finales del siglo XVIII, este libro viene siendo considerado el gran clásico japonés de la literatura fantástica. Consta de nueve relatos entre lo real y lo sobrenatural, algunos de cuyos títulos, -“La cabaña entre las cañas esparcidas”, “La impura pasión de una serpiente”-, ya sólo por sí mismos invitan a su lectura.

El Libro del Té de Okakura Kakuzō7. El Libro del Té de Okakura Kakuzō: Este libro fue escrito originalmente en inglés, no en japonés, por su autor, mientras dirigía el departamento oriental del Museo de Boston. El tema parece tan simple como su título, habla del té, o del acto de tomar el té. Pero después de haberlo leído es difícil que cualquier lector occidental no empiece a comprender por qué este acto en apariencia banal se considera con naturalidad en China y Japón una de las formas del arte, y cómo a partir de él se revela toda una filosofía de la existencia humana.

El Maestro de Go de Yasunari Kawabata8. El Maestro de Go de Yasunari Kawabata: Su estilo es sencillo pero hondo. Es fácil adivinar en él el esforzado camino por llegar a la simplicidad, muchas veces impregnada de una indefinible tristeza. Narra un match real de go, pero no hace falta saber jugar al go para leerlo, aunque quizás sí tener un cierto interés en los juegos complejos de tablero, como el mismo go, el ajedrez, el shogi o el othello.

El Samurai de Shusaku Endo9. El Samurai de Shusaku Endo: Pocos conocen la historia de la embajada de Hasekura, un samurai al servicio del daimio de la ciudad de Sendai que fue enviado durante el reinado de Felipe III en misión diplomática que duró varios años a la Nueva España, España y el Vaticano. En este libro, Endo cuenta esta historia que transcurre durante el llamado siglo ibérico del Japón, y que también es nuestra.

Samurai de Hisako Matsubara10. Samurai de Hisako Matsubara: Este libro no está escrito originalmente en japonés. Su autora vive en Alemania, y lo escribió en alemán. No cuenta la historia de un samurái del período Edo, como su título podría sugerir, sino una historia de amor.

Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol de Haruki Murakami11. Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol de Haruki Murakami: Hajime es un hombre moderadamente feliz, casado, padre de dos niñas y dueño de un club de jazz, cuando se reencuentra con Shimamoto, una vieja amiga de la infancia y la adolescencia de la que no había vuelto a tener noticias. Ambos, hijos únicos, habían compartido aficiones y secretos en la escuela primaria, y ahora, varios años después, se sienten atraídos sin remedio. Hajime, obsesionado, parece dispuesto a dejarlo todo por ella… Con inquietante sutileza, Murakami nos cuenta una historia clásica de amores perdidos y recobrados, de la consumación de una promesa de plenitud, que destila la indefinible sensación de desajuste con el mundo que acucia al hombre contemporáneo.

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