Las gafas de la felicidad, descubre tu fortaleza emocional, es el último trabajo del psicólogo español Rafael Santandreu, autor de El arte de no amargarse la vida, uno de los libros de autoayuda y superación personal más populares en castellano.
Rafael Santandreu es un fiel seguidor de la llamada psicología cognitiva, o psicología del pensamiento, que se basa, en boca del autor, en la máxima según la cual “hacerse fuerte es aprender a controlar lo que te estás diciendo a ti mismo a cada momento.” En otras palabras, si tomamos las riendas de lo que pensamos y dominamos nuestra actitud frente a los problemas de la vida, podremos solucionar estos y alcanzar cierto grado de felicidad.
Para ello el autor insiste en la necesidad de ejercitar nuestra mente y espíritu, de forma constante, para cambiar nuestro comportamiento. La rutina y la repetición son, pues, elementos fundamentales de su receta motivadora.
Santandreu ordena el libro en dos partes y por capítulos, al final de los cuales resume el postulado básico a manera de conclusión. Dentro de estos debemos resaltar los siguientes:
-Es posible cambiar aún en las peores circunstancias, como demuestran casos sobresalientes (como el del fundador de Alcohólicos Anónimos, por ejemplo). Para ello debemos empezar por erradicar las llamadas creencias irracionales, es decir, aquellas que nos plantean un futuro aterrador o que nos presionan demasiado a conseguir resultados óptimos.
-De igual forma, no tiene sentido preocuparse por lo que no tiene solución (como la muerte, por ejemplo).
-Debemos acostumbrarnos a cierto nivel de conformidad con lo que somos y tenemos. Esto es básico para alcanzar la felicidad.
-Es necesario desprendernos de nuestros complejos, que nos limitan más que nuestras propias incapacidades.
-No vale la pena preocuparnos en exceso por las molestias cotidianas, incluyendo las dificultades económicas, entendiendo que algunos niveles de incomodidad son perfectamente soportables.
-También es positivo tratar de no pelearse con las personas, aceptando sus defectos con mayor comprensión.
-Si sufrimos de un nivel alto de ansiedad, tenemos que aprender a “ralentizarnos”, esto es, a tomar las cosas con más calma y a hacerlas más pausadamente.
-No nos dejemos aturdir por las responsabilidades; aún las más complejas son asumibles si lo vamos haciendo sin tensiones.
-Tampoco debemos temer al dolor físico, que es parte normal de toda existencia y que, la mayoría de las veces, es totalmente superable.
-El quid está en tomar las cosas con optimismo, y tratar de hacerlas lo mejor posible, tratando de dar lo mejor de uno.
Al igual que El arte de no amargarse la vida, este libro está escrito en un lenguaje muy sencillo, fácil de entender. Santandreu adorna sus planteamientos con anécdotas e historias de todo tipo, muy al estilo de la mayoría de los libros de autoayuda y motivación. De hecho, tanto el estilo como el planteamiento central de la obra son similares a los de su trabajo anterior. Son 316 páginas que se pueden leer con rapidez.