Dos amigos canadienses se cansaron de gastar más dinero que el que ganaban y decidieron pasar un año consumiendo sólo lo necesario. El resultado: entre los dos ahorraron 55 mil dólares.
Hace un poco más de un año, Geoffrey Szuszkiewicz, un contador canadiense de 31 años, analizó sus gastos mensuales: lo que vio, fue revelador: no importaba cuánto ganara, siempre gastaba más que sus ingresos.
Al mismo tiempo, su amiga Julie Phillips, de 29 años, asesora de comunicaciones de la Universidad de Calgary, estaba a punto de mudarse a un nuevo apartamento. Szuszkiewicz invitó a Phillips a mudarse con él, pero le advirtió que sólo podría disponer de una habitación, pues tenía demasiadas cosas en su casa. La joven debió deshacerse del 80% de sus cosas en tres días.
En la primera charla que tuvieron como compañeros de apartamento, mientras compartían una botella de vino, cuestionaron su necesidad de los objetos que habían dejado sus cuentas bancarias vacías, y terminaron tomando una decisión drástica: pasar un año sin comprar nada.
Abrieron una página de internet, buynothingyear.com, y una cuenta de Twitter, BuyNothingYear. En una semana, se convirtieron en noticia de una gran cantidad de medios nacionales. Ante la mirada de todo el país, ahora estaban obligados a seguir adelante.
Los primeros meses (de agosto a octubre) se deshicieron de todos los artículos de consumo, como objetos para el hogar, electrónica y ropa. Luego, eliminaron los servicios, incluyendo comer fuera, cortes de pelo y bencina: empezaron a hacer cenas con amigos y a andar en bicicleta o caminar. Luego, hicieron sus propios productos de limpieza y detergentes de lavandería.
Hasta llegaron a pensar en dejar de comprar alimentos y cultivar los propios con un sistema hidropónico, pero no podían producir lo suficiente para alimentarse.
Un año después, habían ahorrado un montón de dinero: Geoffrey acumuló 42.300 dólares y Julie 13.800 dólares.
Ambos coinciden en que el resultado es más espiritual que financiero. “Solía querer constantemente cosas, más, mejores, más bonitas y más baratas. Ya no; mi vida es más rica”, dice Julie. “Estoy muy involucrado en mi día y mi entorno porque no estoy en mi coche todo el tiempo. Estoy montando mi bicicleta y caminando, y eso ha causado que piense en el panorama más amplio de nuestra sociedad”, reflexiona Geoffrey.
Hay una alternativa a ser un consumidor: ser un ahorrador. Si queremos que el dinero rinda, tenemos que aprender a manejarlo, ya que con el dinero vienen libertades y oportunidades. Si ahorras lo suficiente, puedes tomar decisiones que no estén motivadas exclusivamente por el dinero.
Siete consejos para ahorrar
1. Revisa tus cuentas mensuales
El primer paso para controlar tu dinero es saber a dónde se va. Ese conocimiento te ayudará a ver el modo en que quieres cambiar tus gastos o cuánto puedes incrementar tus ahorros. Si gastas mucho en tragos pero prefieres viajar, entonces tal vez debes beber menos cuando sales con amigos y ahorrar más para vacaciones.
2. Aprende a hacerlo tú mismo
Si algo se rompe, arréglalo antes de reemplazarlo. Si quieres un nuevo mueble o algo nuevo para tu casa, ahorra un poco de dinero buscando en la gran cantidad de recursos online dedicados a consejos para hacerlo tú mismo.
3. Evita las compras importantes
En lugar de hacer una compra grande impulsivamente, fíjate si se puedes trabajar con lo que tienes, y si no, busca un objeto usado, con descuento o prestado. Geoffrey y Julie notaron que esperar antes de hacer grandes compras les hizo darse cuenta de que no necesitaban el objeto en cuestión, que podían adquirirlo a través de intercambio, trueque o el canje a través de sitios web.
4. Cocina en casa
Si te has convertido en el tipo de persona que come comida comprada por defecto, entonces probablemente con facilidad podrías ahorrar una gran cantidad de dinero al hacer tu propia comida.
5. Concéntrate en lo que tienes en vez de lo que piensas que necesitas
Uno de los sorprendentes beneficios del proyecto Geoffrey y Julie fue el componente espiritual. Debido a su decisión de no comprar nada, se desconectaron del constante bombardeo de la publicidad. Ahora, gozan de mayor tranquilidad mental para apreciar el día y pensar en cómo las actividades y relaciones realmente enriquecen sus vidas.
6. Cultivar tu propia comida y hierbas
Hacia el final de su año de no comprar nada, Julie y Geoffrey rara vez entraban en las tiendas, excepto para comprar alimentos. Pero el cultivo de tu propia comida es una forma divertida de reducir tus costos aún más, conectarte más profundamente con tu entorno y entretenerte. Hay una verdadera sensación de logro en cosechar una deliciosa recompensa de tu jardín luego de varios meses de trabajo.
7. En lugar de conducir, bicicleta y caminata
En primer lugar, el uso de estos medios de transporte te ahorrará mucho dinero: el precio del coche, la bencina, el seguro, los gastos de estacionamiento, reparaciones, etc. Además, Julie también encontró que caminar y andar en bicicleta la hacía sentirse más involucrada con su entorno y la ayudó a disfrutar más de su día.
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